Conjunto de fábulas transmitidas por la polis de los dragones y las olas, Estisia, compiladas por el rapsoda Arquipa.
(I)
(Conjunto de fábulas transmitidas por la polis de los dragones y las olas, Estisia, compiladas por el rapsoda Arquipa. Esta copia fue regalada a Castorice por Trianne).
El dragón y la princesa
Cuando las alas del dragón golpearon Estisia, como olas del mar que se estremecían, todas las personas miraron al cielo, ricos y pobres, valientes y cobardes.
"Oh, dragón, dragón, ¿por qué estás tan triste?". La princesa subió a la torre donde el dragón tenía su nido. Lo acarició en la frente con compasión.
Las alas del dragón revelaron su horrible carne putrefacta, y unas aguas negras y pútridas brotaron desde su interior. La marea oscura lo convirtió en un monstruo. Abrió sus fauces y tragó a la princesa en un abrir y cerrar de ojos.
"¡Qué desgracia! ¡Nos vengaremos!". Los arqueros de la polis con arcos plateados y los herreros con martillos de plata se reunieron con setecientos guerreros. Juraron cortar al dragón y rescatar a la princesa.
La batalla fue brutal. Las rocas se partieron y las columnas se derrumbaron. Hasta que el dragón murió cargado de innumerables heridas y sangre oscura. La princesa, que había estado en el vientre del dragón, había dejado de respirar.
"Oh, hija mía, naciste de mi carne y mi sangre. ¿Cómo podría dejar que murieras antes que yo?". La reina, afligida, sacó el tesoro más valioso del reino y pidió a un alquimista que la ayudara. En la alta torre, el alquimista inició un ritual, invocando los huesos del dragón y reuniendo su alma, con la esperanza de que la carne dispersa de la bestia tomara nueva forma para el renacer de la princesa.
¿Cómo podría la carne corrupta por la oscuridad engendrar una flor pura y blanca? La "princesa", resucitada de la muerte, extendió sus garras y desplegó sus colosales alas de hueso... Y devoró hasta la última alma de la ciudad.
Cuando las alas del dragón maligno proyectaron la sombra de la muerte sobre Estisia, nadie: ni pobres ni ricos, ni quienes lloran ni quienes tiemblan, pudo escapar de su dominio.
Estisia, antigua nación de tesoros, tu gente nunca te culpará. Nunca culparán a su valiente reina, a su alquimista ingenioso, a su princesa bondadosa. ¡Solo culparán al inevitable destino de la muerte!
(Nota de Arquipa: ¡Oh! ¡Qué historia más valiosa! Así pues, un dragón malvado trajo la muerte a gente de Estisia. Pero ¿qué pasó con el dragón malvado que tomó la forma de la princesa? ¿Dónde está ahora?)