Correspondencia de Ninfe
Cartas que el amante de Ninfe te confió y que capturan cada momento desde que se conocieron hasta que se enamoraron.

Correspondencia de Ninfe

Ninfe, si los dioses permiten que un mortal tan ordinario como yo envíe una carta para saludar a la encarnación de la belleza que camina entre nosotros, que los dioses te protejan con un suave viento, como lo hacen con los pétalos de la lluvia a la hora del portal.

Nunca olvidaré nuestro encuentro de ayer. Fue una sensación maravillosa: mi corazón se llenó de una alegría cálida, como si fueras una suave luz matutina atravesando mi corazón. Me inundaste de una paz y una felicidad sin límites. ¿Cómo podría agradecer tu elegancia y amabilidad, que como mensajeros me guiaron hasta tu noble y pura existencia?

Tu sonrisa es como un rayo de sol durante la hora clara, cálido pero no abrasador. Contiene un poder silencioso que ablanda el corazón y lo agita.

Nunca pensé que una mujer tan noble estaría interesada en mis humildes habilidades de herrero. Mi oficio, para la mayoría de personas, es silencioso, sucio y crudo, pero tú hablas de la forja con tanta dedicación y destreza, e incluso conoces las armas automatizadas más avanzadas de Kremnos... Hablamos desde que el mercado estaba en pleno bullicio hasta cuando incluso el diligente Jatonus se sintió adormecido. Desde entonces, al momento de la despedida tiene el nombre de "hora de la separación".

Debes tener muchos asuntos de los que ocuparte cada día, pero yo no puedo evitar pensar en ti. Me la paso preguntándome si estás cansada o si algo te preocupa. Sé que un hombre desconocido como yo no tiene derecho a preocuparse por ti, pero mi corazón me insta a enviarte una invitación.

El Palacio de Mármol está organizando un día festivo, con paisajes pintorescos y el canto de los ruiseñores. Quizá puedas descansar aquí un rato y olvidarte de tus preocupaciones. Aunque carezco de conocimientos profundos, conozco bastante bien este lugar y sus paisajes. Si quieres, en tres días, puedo ser tu guía.

No sé si las palabras que escribo ahora te causen alguna molestia... Si mi propuesta te parece inapropiada, espero que puedas tomarlo con humor. Que tus sueños sean tan pacíficos como la noche de Oronix.

Con cariño,
Aelius


(...)

Aelius, de Castrum Kremnos, gracias por el collar que me regalaste hoy. Aunque nos conocemos desde hace ciento un días y noches, un regalo tan valioso hace que mi corazón se sienta inquieto.

No me malinterpretes, me encanta. La joya es hermosa, roja como la sangre de un halcón, y el collar es elegante y delicado, como mi amor por ti.

Espero que me perdones esta atrevida confesión, aunque te lo haya dicho muchas veces.

A veces, durante la noche, sigo soñando contigo aquel día en la herrería. Mi guerrero, te vi en cuanto puse mis ojos en ti. Aunque nunca corriste en la arena de aquella fortaleza, reconocí el valor en tus ojos.

Ay, cuando el amor es tan intenso, es más fácil sentir tristeza al separarse. Si me ves en tus sueños esta noche, estaré satisfecha. Si la marea oscura llegara a separarnos, me conformaré con que de vez en cuando recuerdes que existo...

Con cariño,
Ninfe


(...)

Querido Aelius, perdóname por no poder asistir hoy.

Últimamente, he estado yendo mucho al mercado y, aunque he sido muy cuidadosa, mis padres se han dado cuenta. Para evitar más problemas innecesarios, tuve que aceptar ir con ellos al tribunal popular de hoy.

Mi familia nunca ha tenido el más mínimo interés por los forasteros y, durante mucho tiempo, me opuse a participar de sus decisiones, pues no estaba de acuerdo con ellas. Sin embargo, recién ahora comprendo lo extremadamente radicales y prejuiciosos que son. Mis padres no han cambiado en absoluto en los últimos veinte años.

¿Por qué la gente se odia entre sí por su sangre? ¿Por qué debemos luchar unos contra otros? En estos tiempos de calamidad, ¿no debería ser Oqueima, la última polis, un refugio para todos?

Pero, cariño, nosotros no seremos las marionetas de venganza de las generaciones pasadas. Nuestro amor es la voluntad de Mnestia. Los Titanes favorecen a los verdaderos enamorados.

Con cariño,
Ninfe



(...)

Querida Ninfe, he estado pensando mucho en tu propuesta y he decidido que deberíamos volver a reunirnos para hablar cara a cara.

Castrum Kremnos y Oqueima llevan mucho tiempo enfrentados. Aunque sabía que me tratarían con indiferencia y hostilidad, nunca he tenido nada en contra de tus padres.

En mi humilde opinión, en lugar de llevarte lejos de Oqueima, el último refugio de la humanidad, hacia un futuro desconocido lleno de monstruos, prefiero luchar en la ciudad para ganar un nombre digno de ti.

Y, créeme, no es que tenga miedo... Bueno, al menos no temo por mi propia seguridad, pero me preocupa no poder protegerte de la marea oscura y de los monstruos.

La sangre de Kremnos corre por mis venas. Cuando añoraba mi hogar, pensaba en el dicho de "Es mejor morir en la batalla, no hay regreso triunfante". Pero no fue hasta que te conocí que me di cuenta de que el amor es más importante que morir con honor.

Tu valentía y coraje son realmente admirables, pero por favor, querida, perdóname. Perdóname por ser un tonto y un cobarde con un corazón lleno de amor, por no ser capaz de soportar ningún peligro o daño que pueda estar cerca de ti.

Por favor, ten un poco más de paciencia y confianza, ¡mi querida Ninfe! Deja que crezca para ser digno de ti. Si nuestro amor está destinado, ¡Mnestia nos protegerá!

Con cariño,
Aelius