Los Estados Costeros de Amphoreus tienen de todo, incluyendo culturas exóticas que, a diferencia de Oqueima, no veneran mucho a los Titanes.
Anécdotas sobre los Numerólatras
Nota del editor: Puede que los habitantes de la ciudad sagrada de Oqueima no puedan imaginar que, al otro lado del mar, había algunas polis en las que sus habitantes no creían que los Titanes fueran los pilares del mundo, sino que estaban controlados por un ser superior indescriptible, como una especie de máquina divina manipulada por algo tan abstracto como los números. Aunque el editor también cree que esta doctrina herética no merece ninguna atención, dado que tal herejía promovió la importancia de los números hasta cotas insospechadas, tiene un marcado valor anecdótico. Por tanto, el editor entrevistó a cierto erudito forastero refugiado en Oqueima (cuyo nombre se mantiene en el anonimato por privacidad), donde presenta dos ideas foráneas interesantes para que juzguen su valía.
Numerólatras: Sistemáticos Los Numerólatras sistemáticos creen que la naturaleza de todas las cosas puede reducirse a números enteros y a operaciones con ellos. Por ejemplo, consideran que los Tres Titanes de los Pilares (Aquila, Georios y Fagusa) son la encarnación de la adición; que los Tres Titanes de la Creación (Mnestia, Kefale y Cerces) son la encarnación de la multiplicación; que los Tres Titanes de la Calamidad (Zagreus, Nikador y Tánatos) son la encarnación de la sustracción y la división, y que los Tres Titanes del Destino (Oronix, Talanton y Janos) son la encarnación de los logaritmos y potencias. A medida que la investigación matemática avanzaba y la gente se dio cuenta de que las operaciones lógicas podían ser más fundamentales que las aritméticas, los Numerólatras sistemáticos desarrollaron una nueva versión de las representaciones de los Titanes: los Tres Titanes de los Pilares representaban la conjunción, los Tres Titanes de la Creación representaban la disyunción, los Tres Titanes de la Calamidad representaban la negación y los Tres Titanes del Destino representaban la disyunción exclusiva. Puede que atribuir la misteriosa pero apenas usada disyunción exclusiva a los Titanes del Destino sea el único aspecto que merezca ser discutido de esta ridícula teoría. A pesar de sus creencias cuestionables, los Numerólatras sistemáticos son ciudadanos de pro respetuosos con la ley según los estándares de Oqueima. Si algún lector se encuentra con algún forastero seguidor de esta fe, no tiene que preocuparse. La vida en la ciudad sagrada lo llevará a abandonar sus estrechas perspectivas sobre los Titanes y a encaminarse por el camino correcto.
Numerólatras: Caóticos A diferencia de los Numerólatras sistemáticos que consideran los números enteros como símbolos del orden, como su nombre indica, los Numerólatras caóticos los consideran solo como una manifestación superficial e intermedia de una realidad más profunda. Para ellos, son los números irracionales los que representan la verdadera esencia de la existencia, y opinan que la relación entre la circunferencia de un círculo y su diámetro, o la base del Logaritmo Natural son más sagrados que todos los Titanes. Afirman que, al igual que los números enteros, los doce Titanes también son una ilusión creada por estructuras naturales, y que detrás de ellos hay un inescrutable decimotercer Titán, indescriptible con palabras o cifras y que está más allá de la comprensión humana. Es aquí donde se puede observar un fenómeno contradictorio y fascinante: los Numerólatras caóticos niegan la existencia de los Titanes, alegando que estos milagros vivientes no son más que una ilusión de los sentidos. Pero, al mismo tiempo, creen que hay un imaginario Dios Único y Verdadero que otorga el caos al mundo, del que a su vez emana el Orden (Nota del editor: en su opinión, claro). El editor quiere señalar a los lectores que, según demuestra la historia de tierras extranjeras, los Numerólatras caóticos suelen ser culpables de intensificar la marea oscura. No adoran a ningún Titán que exista realmente, pero sí creen absurdamente en un Decimotercer Titán inexistente. Una de las mayores causas del conflicto en el mundo en que vivimos es precisamente esta arrogancia y vista distorsionada de la realidad. Que esto les sirva de advertencia, estimados ciudadanos de Oqueima: no se aparten de la guía de Kefale y nunca menosprecien el poder de los Titanes.