Un guion de teatro que, en un principio, se iba a representar en Oqueima. La historia cuenta cómo el rey Mikas deseaba engañar a Tánatos, pero al final los Titanes lo castigaron.
El rey Mikas inmortal
Por motivos de fuerza mayor, la presentación que se realizaría ante el público en Oqueima ha sido cancelada. Agradecemos mucho su comprensión.
Acto 1 Coro ¡El absurdo rey Mikas! Se atreve a engañar a la muerte, pero en la eterna sabiduría de Tánatos, ninguna criatura ha escapado de la muerte predestinada. Te ocultas en el palacio oscuro mientras permites que los fanáticos ciegos caminen junto a ti, pero en la eterna sabiduría de Tánatos, el ruiseñor usará su pico para tocar en la ventana de tu espíritu.
(Entran los actores que interpretan al asistente y al guardia)
Asistente Seguramente has oído sobre el rey Mikas. Se dice que, antes de que el abuelo de mi abuelo naciera, él ya había cerrado las puertas y ventanas de este palacio. Escucha. Los murmullos de los locos tras las rocas, y las damas del molino de la ciudad dicen que el rey Mikas también debe ser un rey entre los locos.
Guardia No tengo por qué escuchar tus calumnias. ¿Crees que la simple boca de un sirviente puede mancillar la sabiduría del rey? Esos locos eran los deudos de Tánatos, y la mitad de sus almas fueron arrastradas por el río Estigia. Viven en este lugar para que la Mano Sombría no pueda verlos. Entre incontables almas rotas, el rey Mikas aún conserva toda su cordura.
No ignores a esos locos, porque su muerte se llevará la otra mitad de sus almas. Si nadie los recibe cordialmente, no podemos culparlos por emitir las quejas que llegan a oídos de Tánatos.
Asistente Con razón vi que todos tenían los ojos vendados: resulta que nuestro rey es demasiado tímido, y teme que le vean la cara. No importa. Mi trabajo solo es llevarles comida a esos locos y a su rey Mikas, así que no debo preocuparme por quién ve mi aborrecible cara.
Acto 2 Coro ¡El ignorante rey Mikas! Crees que la locura es su apóstol y que los locos son sus deudos. Crees que nada se revelará si no dices nada, que, si no cruzas este muro de piedra, Tánatos no verá tu soberbia. Espero que duermas pacíficamente en esta, la última noche, hasta que ya no puedas acceder a tus sueños.
(Entra el actor de Mikas)
Mikas Engañé a la tonta Mano Sombría y me oculté aquí. Han pasado siglos desde entonces. ¿El Titán de la Muerte? Solo es un idiota al que pude manipular.
Sean testigos del magnífico paisaje de la polis más allá de la ventana: los ladrones de Zagreus roban en los callejones, el polvo de las escamas de Mnestia evoca palabras dulces entre los jóvenes, y la luz de las estrellas caídas de Oronix brilla sobre la plaza donde debaten los sabios. Seguramente este es el plan con el que busca tentarme Tánatos: hacer que abandone este puerto seguro para atraerme hacia su ridícula muerte.
Pero quisiera ver las flores de los campos una última vez. Piensa, Mikas: ¿cuántos años han pasado desde que oliste el aroma del trigo en el Mes del Cultivo? ¿Cuántos años te has tapado las orejas y te has negado a escuchar las canciones de alegría de Fagusa en sus festines? Pero me asusto cuando escucho sonidos; me asusta que me vean y que luego diviertan a Tánatos con mis historias.
(La persona joven que interpreta al ruiseñor viste una túnica negra y golpetea una losa de piedra rítmicamente)
¡¿Qué es ese sonido?! ¿Quién se atreve a molestarme? Tal vez alguien que le reveló mi plan a la Mano Sombría y que pide que muera en este mismo lugar. Te suplico humildemente que, por favor, dejes de asustar a este patético rey.
¡Ay, no! ¡No! ¡Ya no golpees esa ventana!
Acto 3 Coro ¡El loco rey Mikas! Sales del acechante muro de piedra y te llevas toda tu locura. Si se pudiera hacer un buen vino con la estupidez, hasta la Crátera de la Profusión aplaudiría tu locura. Por desgracia, eres tan imprudente como un niño, te confunde la burla de la gente y no puedes evitar el clamor de los poetas.
(Mikas se marcha del palacio en silencio mientras diez actores que hacen de locos lo siguen)
Asistente Hermano, ¿será ese nuestro ridículo rey? ¿Por qué los locos con los ojos vendados lo siguen en fila, como si fueran sus deudos que se marchan en silencio de su propia polis?
Guardia Siento tanta perplejidad como tú. Si hay alguien que puede responder, solo el ruiseñor de Tánatos sabe la verdad. Si tuviera que adivinar, nuestro rey jamás podría haber engañado a Tánatos para empezar. Solo le quitó la mitad del alma, por lo que Mikas se volvió loco, pero nunca pudo concederle la muerte.
Coro ¡El inmortal rey Mikas! Entrarás a la pradera marchita y te perderás ante la mirada de los demás. ¡Que disfrutes el tesoro que los Titanes te legaron, así como el premio de la inmortalidad en medio de tu locura!