Un registro hecho por un corredor de bolsa sobre el contenido de las burbujas de ensueño que se recolectaron y que posteriormente fueron vendidas al Dr. Edward.
Notas de burbuja de ensueño
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Como siempre, estoy de camino al Momento de la Aurora para buscar nuevos paisajes oníricos nunca antes vistos que restaurar y ver si despiertan el interés del Dr. Edward. El Momento de la Aurora nunca me ha defraudado, así que confío plenamente en que no volveré con las manos vacías. Aquí la gente está tan ocupada como dicen. Caminan con la cabeza abajo todo el tiempo, nunca se les ocurrió la idea de mirar al cielo. Pero también por eso sus sueños son los más encantadores... Y, con razón, porque solo cuando una persona narra algo que no entiende usando palabras e imágenes es cuando resulta más romántico.
Entonces, de nuevo, ni siquiera he llegado a mi destino y, sin embargo, ya he hecho unos cuantos descubrimientos interesantes. Tuve una clienta que embarcó en el Feldespato Radiante desde el Momento Azul y me vendió una burbuja de ensueño sobre piratas. Allí era una pirata con un pasado trágico que se embarcaba en una aventura tras otra por los siete mares. Obviamente, un tema así se ha vuelto dolorosamente trillado hoy en día, pero lo fascinante aquí es el trasfondo de la protagonista. A diferencia de muchos, no tiene una línea del destino en la palma de la mano. Eso la llevó a labrarse un destino con su espada después de crecer. Eso fue lo que me impulsó a comprarle una burbuja de ensueño. Aunque tendré que pulirla un poco antes de ir con el Dr. Edward. A la historia le faltan algunos elementos emocionales, por lo que probablemente no atraerá mucho a los jóvenes.
Ah, claro. También conocí a alguien raro que se hacía llamar director mientras estaba en la nave. Aunque parecía tener más de un tornillo suelto en la cabeza, los sueños que me vendió eran ciertamente dignos de colección.
1 En esta burbuja de ensueño, el protagonista siempre lleva consigo una enorme caracola de origen desconocido, llena de una sustancia conocida como Agua de los Comienzos. Por hostil que sea el entorno, una sola gota siempre basta para que nazca la vida en todo un planeta. Pareciera estar en una especie de misión sagrada, y en constante movimiento, esparciendo semillas de vida por todos los rincones del universo. De vez en cuando, para rellenar su caracola, regresa a la fuente del Agua de los Comienzos, un lugar que parece una gigantesca cascada que fluye hacia un abismo sin fondo.
Cuando me vendió la burbuja de ensueño, dijo: "Te enamorarás de la corriente de agua por esto".
2 En esta burbuja de ensueño, el protagonista pasa largos años vigilando una maravillosa jaula de pájaros. De vez en cuando, de la nada aparecen pájaros en la jaula, y el protagonista solo tiene que preguntarles su destino. Solo entonces puede abrir la jaula y dejar que los pájaros vuelen libres hacia el cielo. Sus destinos son una mezcla desordenada de lugares tan increíbles que apenas puedes creer lo que ves. En un caso concreto, antes de emprender vuelo, uno de los pájaros llegó a afirmar que su destino eran las ardientes llamas de un mundo naciente.
Cuando me vendió la burbuja de ensueño, dijo: "Te enamorarás del cielo por esto".
3 En esta burbuja de ensueño, el protagonista pasea por campos que se extienden más allá de lo que alcanza la vista, recogiendo flor tras flor por el camino. Sin embargo, a diferencia de las flores normales, estas flores no solo no se parecen en nada a lo que has visto hasta ahora, ni tampoco a lo que crees que nunca llegarás a ver. Se rumorea que el autoproclamado director tomó la decisión ejecutiva de despertar al soñador, ya que temía que se enterara sin querer de los secretos del universo al final de los campos.
Cuando me vendió la burbuja de ensueño, dijo: "Te enamorarás de la tierra por esto".
En cuanto a su última burbuja de ensueño... Estaba sellada herméticamente con sumo cuidado, por lo que era imposible que ojos indiscretos vislumbraran siquiera su contenido sin un esfuerzo meticuloso. Todavía no me decido si debería abrirla. Al fin y al cabo...
Cuando me vendió la burbuja de ensueño, dijo: "Nunca la abras. Debes aprender a amar lo desconocido".