Cuando lean esta carta, probablemente ya estaré con Mikhail.
Gracias por todo lo que hicieron por Colonipenal. Es una pena que no tuviera la oportunidad de verlo renacer, pero su determinación inquebrantable me hace sentir optimista sobre el futuro del planeta de las celebraciones.
Por favor, denle mis disculpas a mi traviesa mascota "Dormilón". Tiene una fobia extrema a las despedidas, y debe sentirse muy solo sin mí. Si pueden, libérenlo en la Zona de los Recuerdos. Es el lugar al que una entidad memética como él realmente pertenece.
La vida y la muerte no son más que construcciones ficticias en la Vía del Enigma, igual que las despedidas y los reencuentros. Les deseo lo mejor en sus futuros viajes. En cuanto a mí, partiré primero. Esta carta viene acompañada de algunos regalos. Brindemos por un mañana imperfecto.