Apuntes de clase
Una página de anotaciones de la clase de ética de Pitias en la que se registra parte de sus enseñanzas.

Apuntes de clase

(Una página de las notas de clase de un estudiante. El papel se ha vuelto amarillento y la tinta se ha difuminado ligeramente).


Ética, lección 10: diligencia

La maestra Pitias dice que las montañas son la columna vertebral de la tierra y la diligencia es la columna vertebral del hombre.

La tierra nos proporciona todo lo que necesitamos para vivir. Los árboles construyen nuestros hogares, el grano nos alimenta y con el lino podemos tejer nuestra ropa. Sin embargo, todo esto no aparece de la nada. Si no se cuida un hogar, se acaba derrumbando. Si nadie cultiva la tierra, brota la maleza. Si no se cosecha el lino, se convierte en malas hierbas. Las cosas solo se obtienen a través del trabajo.

Hay que grabarse la diligencia en el corazón y amar el acto de crear, en vez de simplemente pedir. Hay que guardarse de los pensamientos sobre recompensas sin esfuerzo. Por supuesto, eso no significa que tengas que hacerlo todo tú solo. La vida es como un terreno salvaje que espera a que lo labres. Para los jóvenes, el futuro tiene infinitas posibilidades.

Granjero, pescador, cazador, marinero, sacerdote... No importa qué trabajo hagas, hazlo siempre con dedicación y con todo tu corazón. Labra la tierra que tanto aprecias y honra tu trabajo como honras la tierra. No pierdas la columna vertebral que te hace humano.


Ética, lección 11: amabilidad

La maestra Pitias dice que la amabilidad es el lazo que convierte "yo" en "nosotros".

El corazón humano es como la superficie de un estanque, siempre refleja la imagen de quien se pone delante. Cada acto sincero de amabilidad deja una marca de bondad en el corazón de la otra persona. Piensen en la última vez que Galba vino a la escuela a repartir frutas escarchadas, ¿no sintieron el impulso de darle algo a cambio? Este es el lazo invisible que crea la amabilidad, y que es cada vez más resistente y amplio a medida que va recibiendo más bondad.

Sean quienes tomen la iniciativa de ayudar a otro para transmitir la amabilidad. Se puede comenzar por un saludo amable, una cálida bienvenida, un acto generoso de compartir, una comprensión tolerante o una confianza sincera.

Algún día, todas estas pequeñas buenas acciones se entrelazarán en una red de afecto que conectará a todo el mundo y nos protegerá de los conflictos, las sospechas y la indiferencia, y que hará del mundo un lugar mejor.


Ética, lección 12: valorar el tiempo

La maestra Pitias dice que el tiempo que Oronix concede a cada persona es aún más justo que el veredicto de Talanton.

Ya sean aristócratas o plebeyos, todas las personas viven la misma hora del portal y la misma hora oculta cada día. Un comerciante puede tener muchos más equidracmas que un mendigo, pero durante una hora clara, a ninguno de los dos les da tiempo a leer más de un libro. Oronix permite que la luna alumbre a todas las hojas de los árboles por igual, pero no revitaliza ni una sola rama marchita.

El tiempo es como un río impetuoso, que no espera a nadie y que desaparece en un instante. Nadie puede volver a entrar en el mismo río, ni atrapar el agua que ya ha pasado. Lo único que podemos hacer es apreciar cada momento.

Quienes saben aprovechar bien el tiempo encuentran y utilizan momentos de ocio dispersos, como si estuvieran reuniendo granos de trigo, para mejorar sus vidas. Actúa ya, haz lo que quieras hacer, haz lo que debas hacer, y permite que la fuerza de la vida se ponga en práctica en cada una de tus experiencias. No pierdas el tiempo con preocupaciones y miedos, y no dejes que el vacío ocupe tus recuerdos.