Gritos, sangre y espectáculo: una entrevista exclusiva con el creador de «Rapsodia de la motosierra a medianoche»
Grady ha escrito, dirigido y protagonizado esta primera película de la prisión de Asdana, «Rapsodia de la motosierra a medianoche». A día de hoy, ya ha sido vista por más de un millón de espectadores. Para esta ocasión, nos reunimos con el director Grady para que comparta con nosotros su experiencia de éxito.
Entrevistador: La producción de películas de burbujas de ensueño es una tecnología revolucionaria. ¿Cómo pudiste inventar esta tecnología desde una prisión?
Grady: La idea surgió mientras me lavaba la cara. Vi un resto de memoria del paisaje onírico en el espejo y tuve una revelación: los sueños pueden ser difíciles de atrapar, pero los recuerdos que los contienen... esos sí se pueden controlar.
Si lograba construir una máquina capaz de estabilizar las memorias mientras contenían imágenes del paisaje onírico, y luego capturarlas... ¡tendría una cámara de sueños! Por suerte, sabía un poco de reparación de máquinas desde antes de mi encarcelamiento. Fui reuniendo piezas desechadas por toda la prisión y pasé uno o dos años experimentando... hasta que finalmente logré crear este pequeño artefacto.
Entrevistador: ¿Cómo se te ocurrió filmar una película en prisión? ¿Y además, de terror?
Grady: Al principio, solo usaba esa máquina para grabar algunas imágenes de mis sueños, pero acabé aburriéndome. Entonces, ████ me sugirió: "¿Por qué no filmas una película? De todos modos, no tienes nada que hacer". Es aburrido entretenerse uno solo, y pensé que podía traer un poco de emoción a la tediosa vida en prisión...
Filmar en el paisaje onírico sinestésico fue complicado al principio. Pensé que, al tratarse de sueños, podría crear todo lo que quisiera, pero las memorias suelen comportarse de dos maneras extremas: o son demasiado estables, como la realidad misma, lo que nos obliga a construir escenarios y utilería; o son tan caóticas como una gelatina, donde el rostro de un actor puede cambiar nueve veces en un segundo. Los sueños resultaron ser tan impredecibles que terminamos grabando muchas escenas en escenarios físicos, dentro de la prisión real.
¿Y por qué películas de terror? Bueno, primero porque son relativamente baratas de producir, no hacen falta tantos recursos ni efectos sofisticados. Y segundo... después de pasar tanto tiempo entre rejas y sumido en pesadillas, pensé que la gente necesitaba algo aún más intenso. Para serte sincero, lo último que hice antes de que me arrestaran fue ir al cine a ver una película de terror... Apenas había empezado cuando los perros de la Corporación me sacaron a rastras y me subieron a su nave. Tal vez hacer películas de terror sea mi forma de terminar esa función que me quedó pendiente.
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(Un periódico de baja calidad que circulaba ampliamente en la prisión. Obtuvo el derecho a publicarse después de que Ozaka sobornara a los administradores de la prisión).