Diario escrito por un antepasado de Oqueima. No se ha podido preservar por completo, solo quedan fragmentos.
Fragmentos del diario de un ancestro
(Un antiguo diario. Algunas partes están incompletas y no se puede determinar el contexto completo)
Decidí comenzar a registrar estos eventos inusuales. Quizá en el futuro alguien necesite saber cómo perdimos la luz. Aunque, pensándolo ahora, esos rayos de luz tan comunes parecen haber sido de otro mundo...
¿Cuándo apareció la primera anomalía? No lo recuerdo bien, pero recuerdo que hace tres meses, mientras organizaba los documentos en mi estudio, escuché un alboroto fuera de la ventana. Miré afuera y vi a la gente corriendo a la calle y señalando al cielo. Me acerqué a la ventana y vi que la luz que brillaba sobre Aquila parecía temblar. Brillaba un momento y se apagaba el siguiente, y así sucesivamente. Después de un par de ciclos, la luz volvió a brillar como siempre, pero parecía un poco más tenue que antes, aunque era difícil de distinguir con claridad a menos que mirara de cerca.
Más tarde, recibí noticias de un lugar muy lejano. Mis estudiantes decían que su mundo se había vuelto oscuro. Pronto, la oscuridad se extendió como la tinta de un pulpo. En las termas, oí a un vendedor de alimentos decir que las cosechas de su hogar comenzaban a marchitarse porque no tenían suficiente luz.
Lo más inquietante fue... el silencio de las oraciones de los sacerdotes que adoran a ██████. En el pasado, siempre escuché que hubo muchos devotos que, tras rezarle a ██████, recibían muchas respuestas. Pero esta vez, no importaba cuánto hubieran rezado, no había ninguna respuesta. Si no fuera porque conozco a ██████, no habría sabido nada de esta información secreta.
Hasta que, finalmente, llegó el día de la tragedia, de la que Oqueima no pudo escapar...
Me desperté en la hora del portal. Por alguna razón, mi corazón latía muy fuerte. Me di cuenta de que había mucha gente en el mercado, todos estaban mirando hacia el cielo. La luz de Aquila temblaba en el cielo de la ciudad sagrada, como mis párpados inquietos. Intenté abrir los ojos, pero no pude. La atmósfera se volvió extremadamente opresiva. Algunos estaban llorando, otros rezando a Aquila. Vi a un niño tirar de la falda de su madre y preguntarle qué había pasado, pero la madre no dijo nada, solo lo abrazó con fuerza.
Poco después, la última luz finalmente se desvaneció. Aquila cerró los ojos por fin. Las calles se llenaron de lamentos. Justo cuando todos pensaban que la noche eterna había llegado, un brillo dorado se iluminó en el cielo de la ciudad sagrada. Era el Dispositivo del Amanecer. El Gran Sacerdote del Risco Nubealba anunció a todos que era la bendición de Kefale. Brillaría sobre Oqueima para siempre.
Aunque su luz no era tan brillante como la de Aquila, al menos nos dio una pizca de esperanza. Todos creen en lo que ████ dice, pero yo no. ¿Cómo podemos esperar que una máquina pueda ser tan poderosa como un Titán?
Por supuesto, no me atrevería a decir algo así en público...
A la hora de la separación, por primera vez noté que la polis estaba llena de luces. Los vecinos habían comenzado a prender las velas; todos temían la llegada de la oscuridad, pero esas luces eran tan insignificantes que un soplo de viento podría extinguirlas, igual que la fragilidad de nuestros corazones. No sé cuánto tiempo más podremos aguantar. Mi amigo, el astrólogo ████, dijo que había observado fenómenos inusuales. Parecía que algo aterrador se acercaba a Aquila. Pero ninguno de nosotros se atrevía a decir nada. Los sacerdotes afirmaron que habían recibido un oráculo. Si nos descubrían preocupándonos en secreto por ██████, sin duda nos enfrentaríamos a...
Tras haber escrito tanto, me encuentro sin palabras. He asegurado este diario con tres cerraduras distintas, con la esperanza de que permanezca oculto. Ruego que, cuando mi hijo lea estas palabras al crecer, el mundo haya recuperado su luz eterna. Oigo alboroto afuera; con la gran agitación de hoy, muchas partes de la polis han sufrido daños. Aún ignoro el destino de mi hermana, la que vive más lejos... Que los Titanes nos protejan a todos.