Anales históricos de Ptolomeo, un historiador de Kremnos. Este volumen cuenta las historias de algunos de los 300 forajidos de Doros, la polis de los ladrones.
Parte I
Prefacio
Desde que los historiadores empezaron a escribir, aparte de los Herederos de Crisos, desde gobernadores de polis hasta reyes, guerreros famosos por sus hazañas y eruditos que destacaron por su sabiduría, todos sus logros y nombres se recogen en libros y se transmiten de generación en generación. En cuanto a otras profesiones, si hay algún héroe sobresaliente, sus hazañas también se pueden registrar en los libros de historia. Los sacerdotes nombrados por Aquila, los herreros bendecidos por Georios, e incluso los ascetas nombrados por Tánatos, todos tienen biógrafos que los describen. Solo los vasallos de Zagreus que actúan con engaños y artimañas, y que no dudan en violar las leyes y en despreciar a los demás, son condenados por todos. Como su conducta es despreciable, son especialmente odiados por los habitantes de Kremnos.
Yo, Ptolomeo, puedo afirmar que he leído y analizado detenidamente cada palabra y cada letra de la obra de los archivos de Kremnos, pero nunca he visto a nadie escribir una biografía sobre un pariente del dios de los ladrones. Pero mientras viajaba por distintas polis junto al rey del destacamento de Kremnos, no dejaba de escuchar relatos sobre los 300 forajidos de Doros.
Doros, la polis de los ladrones, ubicada al sur de Janópolis y al norte del Soto de las Musas, opera bajo unas leyes diferentes. Se dice que es una tierra de oportunistas y engaños. Se dice que hace más de mil años, la primera guerra buscallamas acabó con la destrucción total de los Herederos de Crisos. La guerra volvió a estallar y las polis volvieron a caer en la pobreza. Los aristócratas de Doros aprovecharon la situación y emitieron un decreto que prohibía las estafas, monopolizando los canales de circulación del dinero en la polis. Así, la gente se vio en una situación desesperada. Para sobrevivir, muchos ladrones huyeron a otras tierras y se dedicaron al robo. Al final, un total de 300 ladrones, hombres y mujeres de todas las edades, se hicieron famosos y se los empezó a llamar "los 300 forajidos de Doros".
Creo que estos trescientos se llaman 300 forajidos (en lugar de trescientos bandidos o trescientos ladrones), probablemente porque, aunque sus acciones son las de unos bandidos, tienen un aire a héroes; aunque han perdido su gloria, tienen el orgullo del sacrificio o la valentía. Por lo tanto, he dedicado unas cuantas gotas de tinta a registrar sus hazañas en esta colección.
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El primero de los 300 forajidos, Hirendo de las Mil caras. La verdadera identidad de Hirendo ya no se puede verificar. Hay rumores de que era una delicada joven con una habilidad increíble para cambiar de aspecto, y otros de que era un hombre delgado con una voz muy versátil. También hay rumores de que era uno de los Herederos de Crisos. Pero la mayoría de los historiadores están de acuerdo en que Hirendo fue el primer forajido de Doros que se escapó de la polis y se dirigió a otras polis. Se registran sus hazañas de generación en generación en Aenionus, el Soto de las Musas e incluso en Odrisia. Hirendo era un maestro del disfraz y el engaño, y le encantaba estafar a la misma persona varias veces con distintas personalidades. Sus víctimas preferidas eran los aristócratas codiciosos.
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Durante el "engaño divino de Doros", Hirendo viajó en solitario a la polis septentrional de Louka, donde, utilizando cien identidades distintas, logró liberar a mil prisioneros inocentes de las crueles mazmorras del usurpador. Sin embargo, fue capturado y condenado a muerte. El día de la ejecución, cuando el verdugo estaba a punto de golpear a Hirendo con el hacha, el público descubrió que el verdugo había sido decapitado. Hirendo, que se había disfrazado de rey, estaba en las gradas, donde se quitó la máscara del usurpador y escapó entre la multitud. Una huida así siendo prisionero era raro de ver incluso entre los 300 forajidos.
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El 97.º de los 300 forajidos, Ferrum, Cuchillas de terciopelo negro. Ferrum, también conocido como Bestia Garracero, tiene forma de topo, excava túneles con maestría y sus garras son tan afiladas que pueden cortar las armas de las tropas. Suele excavar túneles enormes difíciles de reparar cerca de las murallas de las polis. Cazar a la Bestia Garracero sola es una ceremonia de paso a la edad adulta transmitida por algunas familias de Kremnos durante generaciones.
Ferrum, cuyo nombre proviene de su apariencia y métodos, es conocido por su rostro oscuro, barba áspera, brazos fuertes y manos dos veces más grandes que las de un hombre promedio. Es hábil con dos palas plegables y suele llevar guantes de armadura. Ferrum no es muy elocuente, pero sus antepasados fueron los sacerdotes de Georios de Hattusili, cuya percepción sobre la tierra y la geología era superior a la de la mayoría de la gente. Se dice que Ferrum puede cavar un túnel de miles de metros de profundidad en solo dos días, rodeando todas las rocas y llegando a la cámara donde los aristócratas escondían los tesoros.
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Durante el "engaño divino de Doros", Ferrum se dirigió a Mitemis y pasó diez días cavando un túnel que conectaba los aposentos de ocho aristócratas de la polis. El túnel terminaba en la cámara del tesoro del rey. Cuando el rey se dio cuenta, Ferrum ya se había llevado la mitad del tesoro. Aunque lo arrestaron, el tesoro había desaparecido. El rey y los aristócratas confiscaron las dos palas de Ferrum y lo encerraron en una prisión de acero bajo tierra. Al cabo de medio mes, el tesoro de Mitemis apareció por arte de magia en manos de los pobres de varias polis.
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Las n.º 235 al 238 de los 300 forajidos, las cuatro hermanas Perla, las Aves temerosas.
Las Aves temerosas, también conocidas como Aves dollo, eran un tipo de aves que vivían en las afueras de la ciudad de Oleinus. Se movían en grupos, y la mayoría de las veces de cuatro en cuatro. No podían volar, pero eran buenas planeadoras. Cuando eran atacadas, fingían estar muertas para aprovechar la oportunidad para escapar. Durante la Guerra de Crisos, esta especie se extinguió porque era fácil de cazar debido a su carácter poco agresivo.
Las cuatro hermanas Perla eran extremadamente astutas. Dicen que, incluso cuando crecieron, seguían teniendo el tamaño de unos polluelos. Solían viajar juntas y, en el camino, gastaban bromas a los transeúntes para que les dieran dinero. Sin embargo, quienes les daban dinero siempre encontraban un tesoro en su bolsa cuando se separaban. Por otro lado, quienes las ahuyentaban, eran acosados en el camino y terminaban perdiendo una gran cantidad de riquezas.
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Durante el "engaño divino de Doros", las cuatro hermanas Perla se separaron para engañar a las cuatro caravanas de comerciantes en direcciones diferentes. Planeaban reunirse en unos días, pero nunca lo lograron. Se dice que una murió, otra fue encarcelada, la tercera quedó lisiada y la cuarta desapareció sin dejar rastro.