Un manuscrito encontrado en el antiguo Castrum Kremnos, escrito como últimas palabras por Gorgo, madre de Midei.
Carta de Gorgo, la madre de Midei
Mideimos, hijo mío:
Si recibes esta carta... significa que he muerto y lograste salir adelante. Hace dos días, me enteré de que querían usar tu vida para profanar a Nikador. Pero, para entonces, ya estabas en prisión, y mi frenético intento de escapar contigo fue demasiado inoportuno. Si no logro convencer a tu padre, Euripon, mi esposo, mañana, lanzaré un duelo de desafío a la corona para salvarte de sus garras. No confío plenamente en mis posibilidades... pero como tu madre, estoy preparada para luchar con mi propia vida, e incluso a arrastrar a Euripon conmigo a las profundidades del río Estigia si es necesario. Cuando el trono quede vacante y reine el caos en Kremnos, podrás confiar en la protección de Crátero. Él es mi guardián elegido. Tú debes respetarlo como a un anciano y él te respetará como rey.
¡Mideimos! Nunca te olvides de tu padre, Euripon, aunque te olvides de mí. Nunca te olvides de ese despreciable rey. Una vez juramos acabar con la tradición del parricidio como medio para tomar el trono en la Kremnos de nuestra era. Sin embargo, a lo largo del viaje, su codicia y maldad lo abrumaron, llevándolo a sacrificar incluso el honor de Nikador y mancillar Kremnos. ¡Mideimos! No sigas los pasos de tu padre.
Mideimos, aún recuerdo que tu llanto era muy frágil y etéreo. Euripon y yo no pudimos haber imaginado que un sonido tan débil vendría de nuestro hijo. Pero cuando el grito de batalla de Nikador resonó a través de las puertas ceremoniales de la Forja de Almas, haciendo eco, el sonido de tu grito se volvió de repente cristalino y resonante como el rugido del gran león de Tretos, no hubo forma de negarlo: ¡Eres de pura sangre de Kremnos, nacido para tomar la corona, hijo de Gorgo!
Mideimos... Me temo que el viaje que tienes por delante, a partir de mañana, estará plagado de dificultades. Nunca pensé que sobreviviría a la espada del rey de Kremnos, ni aceptaré jamás quedarme de brazos cruzados mientras Euripon te quita la vida. Si eso sucediera... quedarías huérfano, tal vez exiliado de Castrum Kremnos, obligado a viajar solo y marcado para siempre con cicatrices y sangre.
Mideimos... Si esto llegara a suceder... no necesitas ser el hijo de Gorgo, solo sé el hijo de Gorgo, el simple hijo de una madre de Kremnos. Preveo que crecerás con una determinación inquebrantable y reclamarás el título de Vigía de guerreros, y yo estaré feliz por ti desde los cielos. Pero si tú, como yo, tienes tus dudas sobre esta supuesta gloria, ¡sigue adelante y haz lo que tu espíritu te guíe! Gorgo, la fundadora de Kremnos, de acuerdo con su voluntad y deseo, invocó a Nikador y obtuvo la gloria del Conflicto. Y tú, hijo mío, puedes regresar a casa con verdadero honor, bajo el resplandor de la "Lanza de la Furia"...