Las preciadas notas de Lucrecia, la veterinaria, registran cada detalle sobre el cuidado de los dromas.
Notas escritas a mano de la veterinaria
Año 4███ del Calendario de la Luz, Mes de la Puerta
Decidí registrar el comportamiento extraño que los dromas han tenido últimamente. Tal vez, algún día, estos registros me ayudarán a entender qué les pasó. Como veterinaria, esto me desconcierta mucho. Nunca había visto estos síntomas. Ni siquiera los estudios médicos que me dejó mi abuelo tienen registros de casos así.
"Observaciones sobre el comportamiento" 1. Sonidos extraños durante la hora oculta: - El tono es más alto de lo normal, casi como el sonido que hace un cuerno antiguo, como sollozos. - La duración no es siempre igual, ya que puede ser desde unos instantes hasta toda la hora oculta. - En la mayoría de los casos, se responden entre ellos, formando una especie de himno. - Mientras se lamentan, sus ojos miran hacia el Horizonte de la existencia por instinto.
2. Movimientos anómalos: - Las caravanas informaron de muchos casos en los que los dromas se detienen abruptamente. - Pisotean el suelo donde están parados y cavan con sus patas delanteras, como si estuvieran buscando algo. - A veces se niegan a moverse hasta que pasa la hora oculta. Es importante notar que este comportamiento ocurre principalmente en lugares alejados de Oqueima.
"Condición física" 1. En comparación con registros anteriores: - La temperatura corporal aumentó ligeramente (+0.3–0.5 grados). - Aumentó el ritmo cardíaco (de 7 a 10 veces por minuto). - El apetito es normal, pero hubo un cambio en su preferencia por ciertos minerales, y mostraron un deseo inusualmente alto por minerales de lo profundo de la tierra.
2. Reacciones al entorno: - Rechazo a acercarse a las termas de arena que normalmente les encanta. - Mayor sensibilidad a los temblores de tierra. - Muestran un comportamiento depresivo cuando se acercan a montañas o precipicios. - Lo extraño es que, sorprendentemente, tocan el suelo con más frecuencia con sus cuernos y patas delanteras, como si pudieran escuchar algo. El cambio más evidente es su actitud hacia ciertos lugares. Noté que sus ojos se volvieron más vidriosos e inquietos. Esto me recuerda a una fábula antigua que mi abuelo me contaba: durante la Era de la Creación, cuando Georios despertó por primera vez, los dromas mostraron síntomas similares. Pero esa es una historia antigua. No puede ser una coincidencia, ¿o sí?
"Comportamiento social" Hay algo que me consuela: - Su afecto por los humanos no ha disminuido. - Todavía permiten que sus cuidadores los toquen y cepillen su pelaje. - Se acurrucan con los humanos más de lo normal, y con frecuencia buscan el calor humano. - Especialmente, durante la hora oculta, se reúnen cerca de sus cuidadores.
Intentos de tratamiento: - Aumentar la frecuencia de masajes diarios para ayudarlos a relajarse. - Aumentar la dosis de hierbas tranquilizantes en el agua que beben. - Cambiar su método de baño en la arena, echando la arena directamente a su cuerpo. - Intentar usar música para calmar sus nervios. Las medidas que aplicamos no han tenido efectos visibles. Esto conduce a mi creciente duda de si su comportamiento errático es causado por alguna enfermedad.
"Deducciones" Empecé a considerar una hipótesis osada: ¿será que algún instinto innato esté despertando en su interior? Después de todo, los dromas son regalos benditos que Georios nos legó. Su conexión con esta tierra es inconmensurable. Hace algunos días, leí detenidamente algunos textos antiguos relacionados con el origen de los dromas. Según esos registros, surgieron de la columna vertebral de Georios. Si esto es cierto, su percepción de esta gran tierra podría superar nuestra imaginación.
"Seguimiento" - Seguir registrando con detalle sus cambios en el comportamiento. - Buscar la opinión de algunos académicos sobre la historia de los Titanes. - Intentar determinar los patrones de tiempo de su comportamiento anormal. - Conseguir informes relacionados de más caravanas.
Apéndice: Hace rato, vi que los dromas más viejos estaban separados en un rincón, emitiendo gemidos leves. Sus ojos me recordaron a los fenómenos que ocurren antes de la llegada de la marea oscura. He empezado a pensar seriamente que no deberíamos tratar su comportamiento anormal como una clase de enfermedad, sino que deberíamos abrir nuestra mente e intentar entender el mensaje que intentan transmitirnos.