Páginas sueltas de los Cuentos nocturnos del Jardín del Sosiego
Páginas sueltas de una historia sobrenatural del Jardín del Sosiego. Parece tener una estrecha relación con las ilusiones de este lugar.

Cuentos nocturnos del Jardín del Sosiego, escena I (parte 2)

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Aquel día, en la mansión, el general Teng Xiao estaba sumido en profundos pensamientos, ideando estrategias para romper el cerco de las fuerzas enemigas. De repente, un extraño viento sopló a través del salón, haciendo que las cortinas se agitaran.

El general Teng Xiao se levantó, se puso las manos a la espalda y habló a la sala vacía: "Es de mala educación que alguien no invitado se esconda entre las sombras. Muéstrate, rápido".

Unas carcajadas resonaron en la sala vacía y, de repente, apareció una llama verde informe, parecida a un ojo fantasmal, que fijó su inquietante mirada en el general.

"He oído hablar de las excepcionales habilidades de los generales del Señor Arquero, y verte hoy confirma esos rumores".

"Entré en esta sala sin previo aviso, y me disculpo por ello. Sin embargo, el propósito de mi visita es ayudarte a romper el cerco".

"Las fuerzas de los borisin se acercan con la intención de aniquilar al Luofu. Tus tropas son escasas, y resistir al enemigo es tan difícil como alcanzar los cielos".

Aunque la llama verde no tenía boca, parecía conversar como una persona. Flotaba en el aire, iluminando los oscuros rincones de la sala. Los guardias de la sala permanecían inexpresivos, como atrapados en una pesadilla.

"Al enfrentarse a la vida y la muerte en la batalla, los mortales tiemblan de miedo. Pero si permiten que nosotros, los heliobus, los poseamos, no temerán al enemigo. Derrotarlos será tan fácil como mover la mano".

"Si ofrecen su ayuda voluntariamente, deben querer algo a cambio. He oído que el Señor Arquero intercambió una vez su cuerpo mortal y sus recuerdos por la ayuda del Emperador Pedernal. Supongo que tienes intenciones similares".

"Yo, Ignamar, no busco más que tu cuerpo y tus recuerdos, general del Señor Arquero". La llama de color jade ardió con más fuerza y creció hasta que alcanzó un tamaño cien veces mayor que antes. "¡He estado inactivo durante un milenio, y no hay mejor alimento para nosotros que esto!".

El general permaneció imperturbable e indicó a Ignamar que continuara.

"Hoy, a medianoche, esperaré tu respuesta en el Jardín del Sosiego. En la entrada del jardín habrá varios jarrones de porcelana. Si rechazas la propuesta, deja los jarrones azules intactos. En cuanto a los jarrones bermellón, rómpelos todos para indicar que quieres una batalla sangrienta".

"Después de esta noche, si deseas volver a verme, golpea tres veces con la aldaba de la izquierda y tres veces con la de la derecha. Ni una vez más, ni una vez menos".

El general suspiró: "Un mero espíritu malévolo se atreve a robar el alma e imitar el comportamiento humano. Vete, y yo, Teng Xiao, te responderé a tiempo".

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