Canto del tambor raposiano «Lamento de los seis insensatos»
Un libreto del canto del tambor raposiano que narra las leyendas antiguas de los raposianos.

Canto del tambor raposiano «Lamento de los seis insensatos»

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Entre las estrellas y el resplandeciente brillo del cosmos que nace, Verdantia yace.
Sus ríos y prados brillan en cada estación. Su belleza supera las maravillas que conoce la razón.
Pero un desastre se desata, el ejército borisin despierta con el deseo de dominar y Verdantia no está alerta.
Donde llegan los invasores, los raposianos pierden su tierra. Una patria desgarrada, un destino trágico repartido por la guerra.
Llegan los vientos y las lluvias, y con ellos la pena. Las lágrimas forman ríos y caen como una condena. Los zorros lloran y suspiran, mientras al cielo miran.
Buscan consuelo y esperanza, y su espíritu inspiran.

Buscando refugio de las luchas de un mundo tumultuoso, los raposianos evadieron la guerra, en busca de lo más hermoso. Seis almas se aventuraron a las escabrosas montañas.
Pero el destino fue cruel y actuó con cizaña. El hambre y las plagas los asolaron.
La angustia y la oscuridad reinaron. Los lamentos se multiplicaron, y por todos lados se escucharon. Por montañas y ríos, sus penas a cada estrella llegaron.

Sus llantos penosos se elevaron y a los cielos volaron. Las audiencias celestiales, sus gritos escucharon. Con curiosidad, los hermanos ansiaban ver.
La verdadera identidad de este decreto celestial ansían conocer. Así como la inmortal que blandía el bastón, con gracia y orgullo.
Se presentó como la Maestra de la Inmortalidad y preguntó en un murmullo: "Hermanos, ¿el dolor está siempre presente? ¡Y sus corazones y almas, en esta penumbra terrenal invadidos totalmente!".

El hermano mayor, temeroso de la guerra, con el cuerpo mutilado por la lucha conocida.
El segundo, anhela que la medicina cure su vida.
Para el tercero, los borisin invasores traen miedo y pesar.
Y el cuarto, de mente turbulenta, busca consuelo sin cesar.
La pena del quinto lo abruma, perdió en la guerra muchos amigos.
Y el sexto anhela la paz, un mundo sin enemigos.

La Maestra de la Inmortalidad escucha sus súplicas con compasión.
Seis hermanos comparten su angustia, buscan ser libres en el corazón. Sus esperanzas son iguales, anhelando la libertad. Quieren coraje y poder para conquistar y vencer la tempestad.
Invasores enfrentan su fuerza desafiada. Un mundo sin dolor ni guerra, su deseo antes que nada. En las manos del maestro, su confianza depositan.
Fuerza, cuidado y gracia necesitan.

El hermano mayor el poder de recuperarse obtiene.
El segundo, inmunidad a las enfermedades que los dolores previene.
El tercero es intrépido y audaz, con coraje inigualable.
El cuarto tiene alas para elevarse, se despliega con destreza notable.
El quinto tiene una voluntad inquebrantable al volar.
La Maestra de la Inmortalidad concede los poderes, y luego parte sin hablar.
Pero el sexto se queda sin ningún don especial.
Las semillas de la sabiduría se siembran de manera celestial. "Tu deber te espera, el momento ha llegado", escucha.
A su ciudad natal asediada lleva su lucha.
Desata poderes divinos, derrota a los invasores.
Regresa triunfal, su tierra recupera sus colores.

...

Cinco hermanos vencieron a los invasores y a los enemigos sorprendieron. Los borisin no atacaron, pues su fuerza vieron.
Pero el destino, con un giro imprevisto, se cobró su precio. En la cúspide del triunfo, fue el mayor de los necios.

Para el mayor, las heridas supuran, y los dolores aumentan. El segundo lleva las plagas, siembra el caos y las tormentas.
El tercero, una mente envenenada, con pensamientos mortales entreverados. Y al cuarto, la naturaleza poseyó, dejándolo herido por todos lados.
El quinto, una marioneta, manejada por un titiritero. Poseídos por Mara, sus almas tuvieron un destino severo.
Pero el sexto, al que la oscuridad no llegó, solo hacia el campamento de los borisin se embarcó.
Con desesperación y dolor, buscando la muerte. En la batalla quedó, librado a su suerte.

El Señor de la Guerra de los borisin sonríe, el sexto hermano atado está.
Los guardias lo liberan, la historia escribirá.
"Con el poder de los borisin bendecido eres".
"No eres diferente a nosotros, no desesperes. Si tienes dudas, contempla tu rostro verdadero en el espejo".
Y verás, sorprendido, una bestia en el reflejo.

Ahhh... Qué lamentable...

Seis hermanos finalmente se aventuraron, el fin de la guerra buscaron. Anhelando misericordia, sus corazones brillaron.
Pero solo recibieron malas intenciones. Un giro del destino, oscuridad en el camino.

Con las abominaciones de la Abundancia no hay paz que buscar, es una ilusión imposible de alcanzar.
Para que la paz y la prosperidad avancen, la maldad debe acabarse y el Arco Celestial elevarse.