Carta de difamación
Una carta para poner fin a una antigua amistad, en la que se anuncia el cese total de la relación.

Carta de difamación

A quien traicionó a la Academia:

En primer lugar, permíteme empezar esta carta admitiendo la vergüenza que me da mi ignorancia.

Una vez te consideré un compañero cercano e incluso te traté como a mi propio hijo. Te confié mi autoridad dentro de la comunidad académica, porque me importabas de verdad y creía en tu potencial y en nuestro futuro común.

Sin embargo, es descorazonador ver cómo decidiste pagar mi amabilidad...

¡Sin vergüenza, me apuñalaste por la espalda! ¡Difundiste rumores maliciosos e incitaste a la discordia!

Dicen que me acusas de fomentar una cultura de dependencia entre mis alumnos y afirmas que mi autoridad paternal obstaculizó tu crecimiento académico. Como llegaste a esta conclusión, me abstendré de ofrecer cualquier otra defensa o juicio.

Al paso de los años me acostumbré a enfrentar las acusaciones y cuestionamientos de mis críticos. Sin embargo, cuando me enfrento a tu equivocada declaración, encuentro consuelo en el hecho de que nuestra inútil relación ha llegado a su fin, que irrevocablemente tomamos caminos separados, y que el insecto engañoso, hipócrita e ingrato, junto con sus seguidores, ¡se marchó de mi reino del conocimiento!

El más grande arrepentimiento de mi vida fue otorgarte mi amistad. A esto le sigue comprometerme y retorcerme en un intento por salvar nuestra amistad superficial.

Al final, te ofrezco el siguiente consejo...

Aquel que es incapaz de ver la verdad afirma practicarla.

Semejante locura suscita dudas sobre su falta de consciencia de sí mismo respecto a su propia necedad y falta de juicio.