Obra de un fan del Monito Duermeplátano: Sueños de monos y plátanos
Una ficción escrita por un miembro del Club Duermeplátano centrada en el Monito Duermeplátano. Está limitada a circular de manera privada debido al incumplimiento de las normas.

Obra de un fan del Monito Duermeplátano: Sueños de monos y plátanos

Esta obra de aficionados viola las normas de creación de contenido del Monito Duermeplátano por su naturaleza aterradora e inquietante.
Mis disculpas por este error. Esta pieza no estaba destinada a ver la luz, pero me cautivó tanto que he decidido compartirla aquí.
Ruego que no la distribuyan sin permiso.

Tal vez ya hayan escuchado leyendas similares en otros lugares: el Sueño de los simios, el Show terrorífico del mono, ¿o algo por el estilo?
En esos cuentos, los protagonistas suelen hallarse en algún tipo de transporte público, dentro de un sueño donde un mono con apariencia extraña, sumido en sí mismo, inicia una cuenta regresiva, para luego asesinar brutalmente a los pasajeros sentados frente al protagonista, uno a uno, con métodos tan aterradores que superan cualquier límite de la imaginación humana.
El horror indescriptible de sus actos despierta a los soñadores con un sobresalto, pero, tarde o temprano, vuelven a encontrarse atrapados en esa misma pesadilla inquietante, con el siniestro mono acercándose más y más en cada ocasión...

Al final, el protagonista está tan aterrado que no se atreve a dormir más, hasta que la historia termina de forma abrupta.
Una amiga mía del Club Duermeplátano tuvo sueños parecidos, pero los monos de sus pesadillas eran mucho más afables. Con rostros resplandecientes, repartían frutas alegremente entre los pasajeros, con una expresión llena de cordialidad. No obstante, cada vez que se repetía el sueño, la cantidad de frutas aumentaba. Poniendo manzanas como ejemplo, en el primer sueño, una manzana por persona... luego, tres manzanas... y así, cada vez más.

Puedes imaginarte el final, ¿verdad? A medida que se acumulaban cada vez más plátanos, alguien tarde o temprano no podría acabarlos. Sin embargo, los monos, sin mostrar preocupación alguna, sonreían mientras insistían a cada pasajero: "Coman todos los plátanos, o algo terrible sucederá".

Pero ¿cómo iba alguien a terminarse tal cantidad de plátanos que aumentaban sin fin? Al final, mi amiga fue testigo de las consecuencias de no comerse todos los plátanos de uno de sus compañeros de viaje.
Puede que creas que te voy a relatar detalles sangrientos de manera macabra... Pero lo que ocurrió fue aún más aterrador.

Utilizan todo tipo de métodos para obligar a sus oponentes a comerse todas las frutas. Si sumabas todas, los números alcanzaban una cantidad aterradora. Al final, nadie sabe si eran las personas las que se comían las frutas, o si eran las frutas las que se comían a las personas.

Han pasado tres meses desde la última vez que vi a esta amiga.