Mis encuentros amorosos
Las notas de una dama sobre sus encuentros románticos.

Mis encuentros amorosos

Dani es un hombre atractivo y agradable. Bueno, si ese pepeshiano "maduro y sereno" estuviera aquí para escuchar lo que digo, probablemente se quedaría serio y se acariciaría el bigote. Pero, de verdad, el contraste tan fuerte entre sus cualidades infantiles y adultas contribuye a su encanto general. Es honesto, abierto y optimista, así como inteligente y diligente en su trabajo. Es tranquilo y fiable en su accionar y eso lo hace encantador.

Sin embargo, eso no quiere decir que debamos llevar nuestra relación más allá. Aunque lo admiro, nuestro vínculo tiene sus límites. Por eso, cuando me preguntó en broma si me gustaría compartir su propiedad, me di cuenta de que quizá nuestra amistad estaba llegando a su fin, porque comprendí perfectamente lo que eso significa para un pepeshiano.

Inevitablemente, la situación me dio pena, aunque pueda sonar hipócrita. La verdad es que no éramos compatibles. Aunque sus dotes para los negocios son increíbles y ya era muy exitoso dentro de la familia Alfalfa desde muy joven, esas cualidades no acababan de... encajar con nuestra relación.

Desde mi punto de vista, incluso los compañeros más íntimos deben tener cierto nivel de distancia y privacidad. La idea de estar constantemente junto a otra persona me resulta difícil de concebir. Sin embargo, cuando un pepeshiano desarrolla sentimientos por ti, su atención se centra únicamente en tu persona y eso puede ser agobiante.

No hay dudas de que Dani encontrará a alguien que merezca toda su devoción, pero esa persona no debo ser yo.

10 de junio

Hoy es un día memorable: tuve una conversación muy agradable con un aureoliano. No me extraña que se suela describir a esta raza como seres divinos o ángeles, dada su presencia tan cautivadora, sus sonrisas elegantes, sus voces encantadoras y su aspecto imponente. Es imposible que no llamen la atención.

El señor Lesley resultó ser más accesible de lo que esperaba en un principio. Vimos una película y cenamos. La conversación fluyó sin mayor esfuerzo, y me contó historias sobre los embajadores de La Familia que intervinieron durante la crisis de Colonipenal, así como sobre las acciones de los aureolianos para construir esta ciudad de los sueños más dulces para el Eón de la Armonía que veneran.

Sus historias eran cautivadoras y el ambiente era alegre. Incluso me acompañó de vuelta al hotel con cordialidad. Valoré su simpatía y amabilidad, y su belleza me pareció cautivadora, pero había una sensación de distancia entre nosotros que no se podía negar ni superar. Quizá yo sea demasiado sensible, pero pensándolo bien, a lo mejor no merezca la pena continuar con este encuentro.

Al fin y al cabo, las voces francas de los aureolianos solo se comparten entre los suyos.

30 de junio

El señor Tornibrugh es un caballero refinado y sofisticado o, tal vez, sería más adecuado el término "literato". Debo admitir que antes de llegar a Colonipenal, tenía ciertos prejuicios contra los intelitrones debido a algunos rumores. Después de todo, las acciones del emperador Rupert se conocen en todo el cosmos. Sin embargo, los intelitrones de aquí visten con elegancia y se comportan con cordialidad. Durante mi conversación con él, pude percibir su curiosidad genuina y respeto por la vida orgánica.

El brillo de su intelecto se percibía en sus comentarios sabios y humorísticos. A veces, sus preguntas tenían un enfoque poco convencional o astuto, pero nunca resultaban ofensivas. Durante nuestras conversaciones, pude conocer varios aspectos interesantes de las zonas de vida inorgánica: sus costumbres, cultura, creencias y valores. Este tipo de intercambios racionales me permitieron vislumbrar sus almas entre las chispas del conocimiento.

Los intelitrones me parecen absolutamente fascinantes. Su racionalidad y pureza son irresistibles. Quiero esforzarme más para comprender esta especie. Tal vez descubra entre ellos un alma gemela.

1 de julio

Por la presente, ¡declaro que me enamoré!

En cuanto vi a la chica entre la multitud, ¡supe que era la correcta!

El pensamiento racional dejaba de tener sentido cuando ella me sonreía, y la lógica ya no tenía valor cuando me hablaba. Sus ojos, como joyas preciosas, encendieron mi deseo e iluminaron mi vida.

Por desgracia, a pesar de todo mi esfuerzo por crear una conexión con ella, no mostró más interés por mí, pero eso no importa. Sé que acabará viéndome y, algún día, su mirada se fijará para siempre en mí.