Se desbloquea en el nivel 20 de personaje.
Años después, cuando de manera inesperada encuentra una prenda que tejió en su juventud, la ternura emana de la seda, sacudiendo suavemente su corazón que llevaba tanto tiempo en silencio.
En la familia consagrada a Mnestia, a cada miembro, desde su juventud, se le enseñaba el arte de la belleza. Los retratos de los grandes maestros cuelgan en la pared de honor del baño privado, vigilando siempre a su descendencia.
Mientras muchos se quedan sin habla bajo el escrutinio de esos maestros, ella se mueve con una gracia tan natural que parece no esforzarse bajo su mirada.
"La pintura sucumbe a la falsedad, la música a la abstracción, la escultura a la pesadez, y el drama a lo mundano...".
Los ancianos mostraban signos claros de derrota, pero su voz, joven y resuelta, acallaba cualquier objeción.
"Pequeña Aglaea, ¿hay algo más bello que esto?".
Saliendo del baño, danza de puntillas hasta el espejo. Su cabello dorado y pálido caía como una cascada.
"No".
En el espejo empañado por el vapor, sus ojos dorados atrapan innumerables miradas.
"La encontraré, una existencia que supere aún a la mayor de las bellezas".
"Fue por una razón tan simple que, más tarde...". El calor de la prenda rozó sus dedos, despertando recuerdos.
Trepó en el Soto de forma traviesa y se perdió en los baños, todo por una hoja dorada, un puñado de rocío inspirador.
Corrió por los tejados y se detuvo en los prados, todo para tejer la libertad de la brisa y la fragancia lejana de las flores en sus hilos.
El tiempo siguió su curso. El telar nunca se detuvo. Sus creaciones se volvieron famosas en Oqueima, una y otra vez.
Vestida con su prenda más elegante, visitó el templo, pero aún se preguntaba: "¿Es esto la belleza?".
La sacerdotisa de Mnestia había llegado a sus últimos años de vida y su vista se había deteriorado, pero la brillantez de la joven aún atravesaba la penumbra delante de sus ojos.
"Pequeña Aglaea, cuando asumas el cargo de Tejedora de Oro, estarás destinada a crear obras que incluso los dioses envidiarían".
"Esta prenda, y tú dentro de ella, son verdaderamente hermosas... Sin embargo, esto no es la belleza".
"Pero... ¿No son 'belleza' y 'hermoso' lo mismo?".
"Aún no lo comprendes... Y no comprender es algo bueno, de verdad, algo muy bueno...".