Se desbloquea en el nivel 40 de personaje.
Las doncellas y guardianas, sin poder ni influencia, son los ojos que todo lo ven en la corte cambiante...
Ella las atrae con favores, recopila información y dispone sus piezas en un tablero intrincado.
Los antiguos nobles, en desacuerdo con el nuevo poder, conspiran en secreto y colocan asesinos entre la guardia real.
Ella finge cooperar, posicionando sus "caballos" para que otros hagan el trabajo sucio.
Los ciudadanos del imperio adoran su linaje falso, así que ella cuida de los ancianos y protege a los débiles.
Su creciente reputación se gana los corazones del pueblo, posicionando así su poderosa "torre".
"Reúnase conmigo en mi tienda al tercer quinto después del anochecer, tengo asuntos secretos que comunicarle. Su leal canciller".
Todos los ministros estaban conspirando para lograr una expansión militar. Cuando el mensaje secreto llegó a sus manos, supo que el "alfil" crucial había aparecido.
La luz de las velas dibuja sombras engañosas dentro de la tienda. El canciller luce una sonrisa tan vacía como una pintura descolorida.
"Las tierras del norte no son como las del cálido sur". Señala el mapa sobre la mesa."Si nos quedamos aquí atrincherados, Hiperión caerá. Ya he contactado con los mejores mercenarios del continente. El regente espera que usted lidere la campaña personalmente...".
Ella sabía que la consideraban prescindible, que tendría que cargar con toda la responsabilidad si fallaba.
Pero había esperado demasiado tiempo, ¿cómo podría cambiarlo todo sin arriesgarlo todo en una última apuesta?
Atravesando las montañas de Epos, aprovechó la oportunidad de la rebelión en la polis de Louka para liderar sus tropas hacia la victoria, sometiendo bajo su mando al general de sangre dorada, Fortunado, y ganándose la lealtad de sus soldados.
Una polis, dos polis, tres polis... El ejército de Hiperión se extendió como un fuego incontrolable. Si la joven de cabello azul alzaba su estandarte, los cascos de hierro aplastaban el reino que ella señalaba...
Contemplando su ejército en formación, supo que los últimos "peones" estaban finalmente en su lugar.
En aquella noche nevada y oscura, la reina triunfante montaba un corcel plateado, guiando a su ejército para derribar las puertas del reino y proclamar un nuevo decreto:
"¡Desde hoy, traeré justicia a Hiperión!".
El regente fue arrastrado fuera de sus aposentos, mientras sus ministros y antiguos seguidores que se negaban a obedecer caían bajo las afiladas hojas de los soldados.
"¡Ella... ella no es Céridra!".
De pie en la plataforma elevada, se hizo un corte en la muñeca y su sangre dorada cayó mientras la multitud se burlaba de él y hundía al regente en la desesperación.
"Este regente ha corrompido el reino con su depravación y ha causado el caos. En nombre de la Ley, yo te sentencio".
En el viento gélido del norte, su cabello azul ondeaba como una llama resplandeciente.
"¡Muerte por fuego!".
Colocó entre las llamas la corona real, su único botín.
Una llama azul pálido se encendió en la punta de la corona, y desde entonces nunca se apagó.