Se desbloquea en el nivel 60 de personaje.
Cuando el reloj de bolsillo dio las siete de la tarde, Misha terminó de cenar y se acomodó en el catre que había sido modificado a partir de un armario.
Contemplando la oscuridad que lo rodeaba, escuchó el incesante tictac del reloj de bolsillo. Estas eran las horas más dichosas de su día. Sin trabajo, sin realidad, solo fantasías sin límites.
Tras atravesar la niebla, su fantástica historia llegó a la parte más emocionante de la batalla naval. Extendió las manos, haciendo retroceder a sus compañeros derribados por las olas, y trazó otra línea que atravesaba la imagen, como si venciera a un monstruo marino...
"¡Capitán, capitán, despierte, está despejando!".
Se frotó los ojos y contempló incrédulo el espectáculo que tenía ante sí.
Un reloj de bolsillo dorado se había transformado en una figura con brazos y piernas, vestida con uniforme y corbatín rojo, que le hacía señas para que se acercara.
Una dama que era un espejo plateado lo reflejó en su superficie, ajustándose la ropa y observando con prismáticos la lejana escena.
La tormenta de la noche anterior había desaparecido sin dejar rastro. Una refrescante brisa marina agitaba el uniforme de Misha y, a lo lejos, se divisaba la silueta del nuevo mundo.
"¡Mire, capitán, la costa no está lejos!".
Tomando la mano de Misha, el Sr. Reloj de Bolsillo y la Srta. Espejo saltaron graciosamente a las nubes. Antes de que pudiera reaccionar, los tres estaban en el aire, contemplando el mar sin límites y el continente en forma de media luna que tenían debajo. El Sr. Reloj de Bolsillo y la Srta. Espejo vitorearon, empujando a Misha en un alegre zapateado. Misha agarró con fuerza las manos de sus compañeros, con el corazón lleno de asombro y alegría.
"¿Son... son mis compañeros?".
"Sí, nos hemos enfrentado a innumerables retos y nos hemos perdido muchas veces por el camino, ¡pero por fin hemos encontrado el nuevo mundo!".
...
Al amanecer, cuando Misha despertó de su sueño, una lágrima rodó por el rabillo de su ojo.
Mirando su dormitorio, se dio cuenta de que el reloj de bolsillo estaba presionado contra su pecho, y el espejo se había caído de la pared.
Enjugándose las lágrimas, Misha sintió como si no hubiera perdido nada y, sin embargo, lo había perdido todo.