Midei

Kremnos, ¡la ciudad del caos y la guerra envuelta en la niebla! Su estirpe real está manchada con el parricidio, y su dios lleva el nombre de la catástrofe.
El inmortal Mideimos, el león solitario, el Heredero de Crisos que persigue la Yesca del Conflicto. Deberás soportar mil muertes, bañarte en sangre y regresar a tu hogar, llevando sobre tus hombros un destino de locura.
Deberás asesinar a un rey para convertirte en rey y matar a un dios para convertirte en dios. Las pezuñas de hierro de la guerra recorrerán las tierras desoladas, pero al final, deberás mancharte con la sangre de tu patria.

"En las antiguas leyendas de las polis costeras, se dice que el mar Estigio dio vida a seres comparables a los dioses. Los marineros hablaban de un 'rey marino' que aparecía entre las olas con forma de niño, de rostro feroz, labios azules y tez rojiza. Se bañaba en las aguas corrosivas del mar Estigio, luchaba contra bestias feroces, bebía sangre y devoraba carne y huesos.

Dicen que, cada vez que el rey marino se sumergía en el mar, no tardaba en regresar a la vida. En aproximadamente nueve años, se regeneró más de diez mil veces hasta que finalmente desgarró a un monstruo marino y tiñó el mar de rojo en mil leguas, sin que ninguna bestia marina se atreviera a acercarse a devorar la carne.

Cuenta la leyenda que podía arrastrar bancos de peces enteros hasta la playa de un solo coletazo. Una vez, él y su tripulación salvaron a unos pescadores náufragos que rezaban al cielo. Los rumores se volvieron cada vez más extraordinarios, hasta el punto de que los pescadores comenzaron a pintar retratos del rey marino en sus barcos para pedir que los protegiera durante sus travesías.

Hace poco, surgió otro rumor que sugiere que el llamado rey marino es, en realidad, el espíritu vengativo del príncipe heredero Mideimos. Se dice que el rey anterior, temeroso de una profecía, lo arrojó al mar Estigio al nacer. El niño, que murió prematuramente, no pudo descansar en paz y juró cazar a todas las criaturas de dicho mar. Sin embargo, considero que esto es solo un intento de los habitantes de Kremnos para ganar prestigio. Esto se debe a tres razones:

Primero, que aunque la gente de Kremnos tiene la tradición de que padres e hijos luchen por el trono y el vencedor se convierta en rey, ¿cómo podrían arrojar al mar a un príncipe heredero recién nacido?
Segundo, que incluso si el rey Euripon, senil y confundido, hubiera creído en la profecía y sacrificado a su hijo arrojándolo al mar, ¿cómo podría un bebé tener el poder divino para luchar contra monstruos marinos?
Y tercero, que incluso si existiera tal niño, no podría ser de Kremnos. La gente de Kremnos es egoísta y bruta, ¿cómo iban a ayudar a unos pescadores náufragos?
Queridos lectores, permítanme revelarles la verdad: el llamado rey marino...
¡No es más que la personificación del océano mismo!".

Extracto de «Estudio sobre la leyenda del rey marino»
Gran Biblioteca de Garbaníforo

"Fuerte".
Escrito por un hombre.

"Aquel ejército solitario emanaba un intenso olor a sangre, como una lanza ensangrentada. El guerrero que lo dirigía era Punta de Lanza, siempre atravesando al enemigo con una ira y un odio insondables.

Desde Ladón, pasando por Aidonia hasta llegar a Aenionus, volvió una y otra vez de la muerte y trajo consigo el fuego de la guerra a todos los lugares por donde pasó. En la memorable batalla de Aenionus, Clitio, quien nunca había conocido la derrota, alzó su hacha gigante mientras miles de flechas volaban tras él. Sin embargo, cuando el humo de la guerra se disipó, el fuego renació de la sangre, y el puño del guerrero, como una espina, desgarró la garganta de Clitio.

Después de aquella batalla digna de epopeya, la verdadera identidad del guerrero se volvió aún más misteriosa. El ejército mostraba claramente el entrenamiento de Kremnos, pero nunca ondeó su estandarte. Nadie sabía si eran almas errantes de Kremnos vagando por el campo de batalla o viajeros que habían perdido su hogar hace mucho tiempo.

Los rapsodas transformaron la marcha de aquel ejército solitario en canciones melancólicas. En los vientos oxidados de Amphoreus, el león solitario guiaba a su grupo de soldados débiles y heridos en busca de un hogar inexistente.

La realidad no cambia su rostro por más cruel que sea. Aquellos leales súbditos de Kremnos que lo seguían, aunque alguna vez fueron élites, no poseían su inmortalidad divina. Con el paso del tiempo, cuando incluso los dioses de Kremnos cayeron en la locura, ¿adónde podían ir los mortales?

¿Cargaría aquel hombre solitario con el destino de su gente? ¿Se pondría las cadenas de la realeza? ¿O acaso todo esto no era más que un esfuerzo inútil y unilateral?".

Extracto de «Historia de las guerras de Amphoreus»
Gran Biblioteca de Garbaníforo.

Hefestión, Pérdicas, Leónidas, Ptolomeo y Peucesta... Sus nombres no serán olvidados por la historia.
Escrito por un hombre.

"¡Mideimos! ¡Traidor ingrato, cobarde que ha renegado del espíritu de Kremnos!

Mataste al rey anterior y consumaste tu venganza, pero te niegas a asumir la responsabilidad de restaurar la dinastía. ¿Acaso las bestias marinas devoraron todo tu sentido del honor cuando estabas en el mar Estigio?
Te mezclaste con los buscallamas, te dejaste engañar por las palabras delirantes de esa bruja y te juntas con soldados de baja cuna. ¡Prefieres depositar tus esperanzas en un oráculo ilusorio antes que confiar en tus propios puños!
El pueblo de Kremnos anhela regresar a su hogar en guerra, pero tú quieres que nos traslademos a la polis de nuestros enemigos. ¿Te has dejado seducir por el lujo de Oqueima? ¿O acaso el vapor de sus baños dorados te ha trastornado?

¡Mideimos! Posees el noble don de la inmortalidad, ¿cómo puedes dejarte mandar por esa mujer de Oqueima? Eres el león cazador, el emisario del Conflicto, ¿has olvidado la diferencia entre el cazador y la presa?

Se dice que hace poco, junto a quienes se hacen llamar Herederos de Crisos, salvaste a civiles foráneos de los deudos de Nikador, y no dudaste en dejar que tu cuerpo se despedazara y se bañara en sangre durante aquella noche larga.
¡Mideimos! Tu sangre no debe derramarse por esa gente inútil. Deberías reunir un ejército y saquear recursos. ¡Solo así Kremnos podrá tener una oportunidad de sobrevivir al fin de los tiempos!

El camino de los buscallamas te ha transformado por completo. ¡Vuelve, mi rey! Un rey no necesita iguales, no necesita compañeros, no necesita la duda, no necesita salvar a nadie. Si aún conservas un último vestigio de cordura, ¡da órdenes a tus súbditos!
¡Que la gloria de Kremnos se eleve por encima de todas las polis!".

Extracto de «Compilación de resoluciones del Consejo de Ancianos de Kremnos»
Gran Biblioteca de Garbaníforo.

"Continuar con la migración".
Nota de un hombre.

"Oqueima, la ciudad sagrada del amanecer, es la única tierra pura que la marea oscura aún no ha podido invadir en este mundo, pero es evidente que está siendo acorralada.

Durante mil años, allí por donde ha pasado la marea oscura, los seres vivos se han transformado en monstruos inhumanos y las polis se han erosionado hasta convertirse en ruinas deshabitadas. Incluso los dioses de Kremnos, con toda su fuerza, se vieron contaminados por la marea oscura y todo quedó asolado.

Hasta ahora, en lo que respecta al viaje buscallamas, la mayoría de las Yescas han regresado a su lugar, pero la marea oscura se acerca y queda poco tiempo. Si Oqueima cae antes de la Era Nova, todo habrá sido en vano.

Me atrevo a conjeturar que, en un futuro cercano, los héroes buscallamas deberán enfrentarse a la marea oscura. Según los registros anteriores, ni siquiera los guerreros más valientes pueden resistir mucho tiempo dentro de ella. Los héroes de los Herederos de Crisos tienen diferentes fortalezas, y si hay esperanza en esta batalla, recaerá en el valiente Fainón o en Mideimos.

Por supuesto, esto no se debe solo a que, con su don innato de desafiar a la muerte, Mideimos sea el mayor héroe de este mundo, ni solo a que la antigua ciudad de Kremnos ocupe una posición clave para bloquear la marea oscura. Aunque Mideimos, como león de Kremnos, ha migrado muchas veces en su vida y se ha asentado muy lejos de su lugar de nacimiento, el rey solitario jamás se sometería a otro país. Una vez que haya establecido a su gente, Mideimos, que considera su misión como su vida misma, sin duda regresará a su tierra natal, pero esta vez no solo llevará consigo la esperanza del pueblo de Kremnos, sino también el futuro del mundo.

Los sacerdotes de Talanton profetizaron que la historia del Conflicto milenario da comienzo y termina en Kremnos. Tal vez, algún día, ese ser inmortal haga frente a la marea oscura y se quede entre la vida y la muerte. Imaginen esa escena, esa gran tragedia...".

Extracto de «Estudio sobre los buscallamas: especial de la marea oscura»
Gran Biblioteca de Garbaníforo.

"Como el mar Estigio, como siempre".
Nota reciente de un hombre.