Se desbloquea en el nivel 20 de personaje.
Durante su infancia, su madre la expuso a la ciencia, ya que ella misma era científica.
Su vida en una casita con su familia de entusiastas de la ciencia estuvo llena de amor, pero no pasó mucho tiempo antes de que se diera cuenta de que había diferencias sutiles en el "amor", y que cada tipo tenía aromas diferentes.
Su abuela de cabello plateado era fanática del teatro tradicional, con sus tarareos y gorjeos, mientras que su padre usaba un par de botas grandes y peludas.
Sus padres se querían, aunque discutían de vez en cuando.
Era una chica impasible que cometía errores todo el tiempo, pero a la que también solían perdonar.
"Yo era más cercana a la tía Arlice en comparación con mis otros parientes, ya que ella me compraba bocadillos. Su amor era el mejor".
Pronto, la joven aprendió a ser terca. Su comprensión del "amor" rompió con las fórmulas que se enseñan en los libros de texto.
A medida que creció, su madre se volvió estricta con ella. Juntas, caminaron paso a paso en un vasto planeta helado.
La niña jadeó, se detuvo en el camino y observó cuidadosamente las fantásticas y encantadoras "formas de vida" enterradas bajo los glaciares, o al menos lo que solían ser formas de vida.
Cada vez que llegaba a casa después de realizar expediciones científicas, era hora de recibir una recompensa.
Cuando tomaba un pequeño bocado del pastel, el delicioso aroma se pegaba inmediatamente a su paladar. Su insignificante anticipación siempre daba un olor atractivo a las investigaciones de su madre.
En su hogar, un planeta bendecido por la Abundancia, abordaron naves de investigación y partieron hacia más mundos.
Rodeada de bombas de destello, pañuelos de seda, cintas y bordados, la niña abrazó la alegría entre "formas de vida" creadas por datos en espiral y ascendentes.
"A-Ruan, después de comer dulces, debes lavarte bien los dedos antes de tocar la mesa del laboratorio".