Se desbloquea en el nivel 80 de personaje.
Antes de ser rey, la joven solía recorrer libremente las tierras que la vieron nacer. En aquella época, el mundo parecía recién creado: flores desconocidas se abrían en valles silenciosos, y pequeños arroyos, aún sin nombre, brillaban bajo el sol tibio de la primavera. Para ella todo era nuevo, y no hacía más que señalar y preguntar, una y otra vez, a su sabio compañero de viaje.
Alimentar a los caballos, cortar leña, correr hasta quedarse sin aliento... Aquella vida sencilla estaba llegando a su fin, pero eso no le importaba. Cada noche cerraba los ojos con tranquilidad, soñando con todas las aventuras que aún estaban por llegar.
"Un auténtico rey no puede ser así".
"Un rey no puede abandonar su castillo. Un castillo no está hecho de ladrillos, sino de la fe de la gente".
"Un rey no puede darse el lujo de soñar con aventuras. Cada decisión debe surgir del juicio sereno y cuidadoso, nunca del impulso de deseos personales".
"Un rey tampoco puede permitirse una vida propia. Es el símbolo de una nación entera, y cada palabra que pronuncia, sin importar a quién vaya dirigida, debe llevar consigo la fuerza necesaria para guiar a su pueblo".
Tal vez, para mucha gente, esto sea una carga demasiado pesada, pero el mago que descubrió a la joven tenía un ojo muy agudo: ella asumió su papel con absoluta naturalidad. Incluso al presentarse como hombre no despertó sospechas; aunque, claro está, un ligero toque de magia ayudó con eso.
"Lo curioso es que sus problemas no provienen de vivir atada a esas reglas".
"Al contrario, lo que más le duele es haber perdido todas ellas".
"Ah... es probable que esto sea difícil de entender, así que permíteme ilustrarlo con un ejemplo que todos conocen".
En los confines del cosmos existe un planeta devastado por un clima implacable, donde constantes amenazas acechan el frágil hogar de la humanidad. Para protegerlo, su gente nombró a un "rey", organizando cada hora de su día, desde el amanecer hasta la puesta del sol. Gracias a esto, aquel planeta se convirtió en uno solo: unido, ordenado y eficiente. Así, todos los esfuerzos por defender su mundo comenzaron a funcionar en perfecta armonía.
Pasaron los años, y el rey comenzó a notar extraños vacíos en su agenda. Aunque sentía que el descanso era un lujo que no podía permitirse, las personas a su alrededor siempre encontraban alguna justificación. Con su afilada intuición, ella supo atravesar esas excusas hasta llegar al corazón del asunto: "No sabemos qué podemos hacer para que el mañana sea mejor que el ayer".
"Para quienes la observaban desde fuera, parecía que el rey por fin era libre para seguir sus propios deseos".
"Pero en cuanto se detuvo a pensar en sus opciones, comprendió que tal vez cualquier elección sería, de alguna manera, un error".
"Una ironía cruel: cuanto más reflexionas, menos personas quedan que realmente entiendan el peso que cargas".
Aquella maldición siguió al rey hasta su tumba. Su caballero más leal siguió su propio camino, mientras que su hija más prometedora alzó su espada contra ella.
Al final, aquel reino al que había llevado a la gloria terminó derrumbándose debido a sus propias manos.
"Ojalá hubiera alguien más adecuado para hacerse con el trono". En sus últimos momentos de vida, así pensó sobre sí misma.
Pero no hay de que preocuparse. La joven de hoy no ve las cosas desde esa perspectiva.
"Si pensamos en cómo terminó todo, podría decir que mi vida cambió desde que participé en aquella decisiva Guerra del Santo Grial".
"Pero quiero que entiendas algo: la Guerra del Santo Grial fue solo una oportunidad".
"Sirvió para detener esa carrera frenética en la que vivías, permitiéndote finalmente apreciar toda la belleza que siempre te había rodeado".
"Todavía soy el rey, solo ha cambiado la forma en la que cumplo con mis obligaciones".
"Como las flores en primavera... cuando al fin reparas en su belleza, ya han comenzado a marchitarse. Afortunadamente, aunque las flores vuelven tarde o temprano a la tierra, las ramas que las sostienen permanecen".
"Esas ramas, cargadas de promesas, esperan eternamente la próxima primavera".