Se desbloquea en el nivel 40 de personaje.
Con el paso del tiempo, se fue acostumbrando al campo de batalla.
Vio a sus camaradas caer ante sus ojos, pero continuó avanzando con determinación. Sabía que un día, también moriría en el campo de batalla y prepararía el terreno para aquellos que lo caminarían sin titubear.
Por lo tanto, los momentos de descanso tenían un inmenso valor para ella. Levantó su mirada hacia el océano de estrellas colgando bien en lo alto, cuyo resplandor la bañaba como una cascada.
La tranquilidad impregnó todo lo que estaba debajo del cielo estrellado. A pesar de la inminente amenaza de la pérdida de entropía, anhelaba quitarse su armadura de batalla y vislumbrar la verdadera naturaleza del mundo.
Las voces de su memoria volvieron.
"El mundo se ve completamente distinto cuando miro a través de los lentes".
Su designación era AR-214, y llevaba lentes.
"Artículo 8 del Reglamento de Guerra de Glamoth: los caballeros supervivientes deben volver a sus filas por voluntad propia".
Ella era AR-1368, y tenía un carácter serio. Su armadura tenía cintas rojas.
"En la próxima batalla, espero poder ver las estrellas".
Él era AR-53935, un "modelo distinto" a ella.
"¡Bienvenidos de vuelta!".
Él era AR-4077. Aunque nunca lo conoció en persona, sabía que nunca participaba en la batalla, ya que sus obligaciones estaban en la retaguardia.
Desde las profundidades de la extensión estrellada, ascendieron los inmensos insectos. Su abrupta invasión interrumpió su breve respiro.
Reactivando su armadura, estaba lista para cargar en la refriega. Sin embargo, la ofensiva exhibió una ferocidad sin precedentes.
"¡No, este no es un ataque cualquiera! Es El Enjambre... ¡El Enjambre!".
Las voces temblaban en el intercomunicador mientras cada vez más miembros de la Caballería de Hierro se elevaban hacia el cielo como fuego centelleante, solo para ser tragados por la oscuridad invasora apenas se encendían.
"¡Mantengan la línea! ¡Adelante!".
Innumerables miembros de la Caballería de Hierro cayeron ante sus ojos.
¿Alguno había hablado con ella antes? Y, por primera vez, se dio cuenta de algo.
Entonces... ¿cada persona es única?
Al final, se creó una abertura en El Enjambre, y de ella, emergió el Insecto Madre, avanzando lentamente.
Como un rayo de luz, atravesó hábilmente el denso enjambre, avanzando a toda velocidad junto a sus camaradas de la Caballería de Hierro hacia la boca de la imponente argenita. Justo cuando el Insecto Madre estaba a punto de devorarla, cerró los ojos y detonó una bomba con potencia de fuego suficiente para arrasar con un planeta entero.
Una luz cegadora estalló, envolvió al Insecto Madre y lo sumió todo en el silencio.
Como una cometa separada de su hilo, salió disparada por el tremendo impacto y cayó en el suelo. Ante sus ojos parpadearon recuerdos fugaces que nunca olvidaría...
Junto al lago donde danzaban las luciérnagas, ella se despojó de su armadura y saboreó la brisa refrescante y el frescor de la noche.
Observó cómo las luciérnagas se posaban en el dorso de su mano, agitando sus alas con gracia.
"... A pesar de su diminuto tamaño, brillan más que las estrellas en la noche".
La oscuridad la envolvió.
Los restos del Enjambre y su armadura destrozada se desintegraron, disipándose como una silenciosa nevada por el universo.