Se desbloquea en el nivel 40 de personaje.
Al ser la última descendiente del clan Marioneta, la chica no tenía libertad para elegir. Estaba obligada a vivir de acuerdo con lo que dictaba su máscara, pues las marionetas no son más que meros recipientes.
Según la leyenda, cuanto más tiempo usa una marioneta su máscara, más posibilidades hay de que la marioneta obtenga un alma y se convierta en un humano de verdad. Sin embargo, en el folclore humano, las máscaras son herramientas usadas para resucitar a los muertos, lo que hizo que disminuyera el número de gente de su clan.
No obstante, como no le interesaba convertirse en humana, ser una marioneta tampoco era una mala opción. Con obediencia cumplió las órdenes de la máscara, a pesar de que corría el riesgo de ser perseguida. Al fin y al cabo, desafiar los designios de la máscara suponía todo un desafío.
Los movimientos eran un elemento clave.
Debido a la voluntad de la máscara, debía sonreír con dulzura cuando estaba feliz, sostenerse la frente mientras lloraba, apretar los dientes cuando estaba enojada, entrecerrar los ojos cuando estaba celosa y montar una escena cuando estaba desperada. También había gestos distintivos, como levantar un poco las cejas cuando miraba a alguien con el lado izquierdo del rostro, levantar la mano para expresar que algo le gustaba, aunque debía bajarla después, y morderse ligeramente el labio inferior para expresar sus verdaderos deseos.
La voz era sin duda otro elemento a tener en cuenta.
Dependiendo de la situación, su voz debía sonar alegre cuando estaba feliz, melosa cuando expresaba emociones líricas, calmada y firme cuando reiteraba una afirmación, tensa cuando guardaba enojo, y triste cuando estaba llena de aflicción.
Extraordinariamente, se las arregló para llevar ese estilo de vida durante años, mimetizándose a la perfección con el entorno, y hasta se convirtió en dramaturga. Nunca nadie sospechó que llevaba una máscara. Sin embargo, no pudo evitar preguntarse si había otro tipo de "máscara" en el mundo. Tal vez alguien que llevara una máscara así se reiría al buscar venganza, lloraría al sonreír, se quedaría en silencio de ira ... y pronunciaría los comentarios más sarcásticos con la mayor de las calmas.
Naturalmente, ella no podía hacerlo, pues debía actuar como dictaba su máscara. Sin embargo, como dramaturga que era, le resultaba fácil hacer que sus personajes actuaran así en el escenario.
Una mañana, sonó el timbre, pero no era la persona que solía hacerle las entregas.
"Querida señorita Sparkle, me preguntaba si tendría un minuto".
"Leímos su último trabajo y tenemos curiosidad por saber si sabe algo acerca de la 'máscara'...".