El pasado polvoriento, la responsabilidad de proteger el hogar, el sueño de trazar caminos por el mundo...
Un par de manos ásperas entregó esas cosas al niño ingenuo.
"Muy pronto podremos ir a un mundo más grande".
El niño aceptó su legado alegremente. Su juventud le impedía sentir el peso del significado de aquel objeto.
"Por supuesto. Pero, antes de que llegue ese momento, Misha, tienes que proteger bien este lugar".
Él se grabó esa promesa en el corazón y la mantuvo para siempre.