Una figura ágil corre sobre los tejados bajo la menguante luz del crepúsculo.
"Lili, Guoguo, ¡veamos quién llega a la meta primero!".
Como un raudo animalito, la chica escala aleros, evade guardias y se balancea en el aire mientras persigue los últimos rayos de sol.
Una cálida brisa nocturna acaricia su rostro, y el reflejo del sol poniente pinta de abigarrados colores el pelaje de los gatos.
"¡Ganaron!".
Se limpia el sudor de la frente y abraza a los gatos.
Las estrellas se encienden, y su rostro inocente y sincero se ilumina con ellas, como las rosadas nubes del atardecer que se extienden hacia el horizonte.