Forjador de lava

Para el clan de los forjadores, la capacidad de fabricar el arma definitiva era su propósito nato, pero también una maldición que los acompañaba.

Desde que el clan liberado llegó al mundo de la Fragua Bélica, sus talentos, aunque extremos, comenzaron a contaminarse del aura de la Destrucción.

El fulgor y las chispas de la fragua deslumbraban los ojos. En el proceso de forjado, el material en bruto pasaba a ser un arma, pero el herrero podía perder la visión. Una vez, Foy encontró una veta de una extraña obsidiana ígnea al pie de un volcán y pulió cuidadosamente el cristal hasta crear unos lentes protectores, transformando así las chispas intensas en pálidas siluetas. Pero el avaricioso herrero no pudo escapar a su destino maldito, y todo ardió en un incendio descomunal.

Foy consideraba a la Legión Antimateria de la Fragua Bélica como su materia prima, y a él mismo la llama que se elevaba.

"¿Sería posible lograr una reacción termonuclear en mi fragua?". El ansia de Foy por encontrar el fuego definitivo terminó con una fusión termonuclear descontrolada.