Estación sellaespacios

La señora Herta estaba muy preocupada por la vasta colección de objetos desperdigada por toda la galaxia. Almacenarlos era complicado y no quería tomarse la molestia de ocuparse de ellos por sí misma.

La amable y generosa Corporación para la Paz Interastral propuso una solución, y así nació la Estación Espacial Herta, conocida por ser un lugar donde se guardan conocimientos y secretos. Se tomaron amplias medidas en cada rincón para adaptarlos a todos los propósitos de la colección, con la intención de ofrecer una recopilación inclusiva de todo en absoluto, con orden y claridad. Los fenómenos se guardaban en recipientes especiales y la colección de objetos raros estaba catalogada en el archivo. Una innumerable cantidad de artículos se categorizó y clasificó y se guardó en la Estación para investigarla.

Poco después, la Corporación sugirió que todo el mundo pudiera unirse a la búsqueda común de los secretos de las estrellas, lo que atrajo a la Estación a toda clase de estudiosos e investigadores.

Muchos de esos investigadores eran admiradores de la señora Herta y se comprometieron a no abandonar nunca sus aspiraciones etéreas y a explorar los secretos susurrados entre las estrellas. Estudiaban las fronteras de la vida estelar, debatían sobre la auténtica justicia en discursos éticos y filosóficos, dibujaban el paisaje de la galaxia, descifraban los secretos que se ocultaban tras rituales y ceremonias religiosas, se mantenían firmes en la búsqueda de la verdad a través de la práctica... Eran auténticos creyentes de la transmisión del conocimiento y llevaban a cabo investigaciones abiertas y libres.

La Estación Espacial iba por el buen camino y comenzó a funcionar de forma independiente, pero la señora Herta nunca aparecía por allí. La Corporación no tardó en darse cuenta de que los investigadores y sus actividades diarias inundaban la Estación, pero la genio nunca formaba parte de ellas.

La luz de las distintas cabinas hacía que la gente no notara el paso del tiempo, que solo se podía detectar ligeramente en la agotadora forma de vida de la Estación. A menudo, dos o tres investigadores discutían incansablemente sobre un objeto específico de la colección e incluso se peleaban. En ocasiones, el personal de seguridad se ausentaba de sus patrullas diarias por estar durmiendo la siesta en sus literas de estilo militar. A veces, los investigadores veteranos compartían con sus discípulos los detalles de sus antiguas relaciones amorosas. Incluso podía ocurrir que alguien importante se hiciera pasar por un trabajador temporal mientras esperaba a que llegase su gran oportunidad... Además de investigar, aquí también se vivía, y para darse cuenta solo había que contemplar la vista desde la Estación, donde las estrellas eran sus compañeras de viaje.

Aunque el espacio físico era limitado, los investigadores hablaban sobre la vida en la Estación Espacial de una forma romántica: la galaxia era como un poema eterno y la Estación Espacial estaba pasando lentamente las páginas de ese libro.